29 jul 2016

James George Frazer - Vivir Para Siempre

Otro relato, recogido cerca de Oldengurg, en el Ducado de Holstein, trata de una dama que comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y que deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer, ni beber.

28 jul 2016

Ray Bradbury - El Ruido de un Trueno

El anuncio en la pared parecía temblar bajo una móvil película de agua caliente. Eckels sintió que parpadeaba, y el anuncio ardió en la momentánea oscuridad:

SAFARI EN EL TIEMPO S.A. SAFARIS A CUALQUIER AÑO DEL PASADO. USTED ELIGE EL ANIMAL NOSOTROS LO LLEVAMOS ALLÍ, USTED LO MATA.

Una flema tibia se le formó en la garganta a Eckels. Tragó saliva empujando hacia abajo la flema. Los músculos alrededor de la boca formaron una sonrisa, mientras alzaba lentamente la mano, y la mano se movió con un cheque de diez mil dólares ante el hombre del escritorio.

27 jul 2016

Franz Kafka - La Metamorfosis

I
        Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hallábase echado sobre el duro caparazón de su espalda, y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparaclon con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.
        — ¿Qué me ha sucedido?

26 jul 2016

Rubem Fonseca - Paseo Nocturno

Llegué a la casa cargando la carpeta llena de papeles, relatorios, estudios, investigaciones, propuestas, contratos. Mi mujer, jugando solitario en la cama, un vaso de whisky en el velador, dijo, sin sacar lo ojos de las cartas, estás con un aire de cansado. Los sonidos de la casa: mi hija en el dormitorio de ella practicando impostación de la voz, la música cuadrafónica del dormitorio de mi hijo. ¿No vas a soltar ese maletín? Preguntó mi mujer, sácate esa ropa, bebe un whisky, necesitas relajarte.

Fui a la biblioteca, el lugar de la casa donde me gustaba estar aislado y como siempre no hice nada. Abrí el volumen de pesquisas sobre la mesa, no veía las letras ni los números, yo apenas esperaba. Tú no paras de trabajar, apuesto que tus socios no trabajan ni la mitad y ganan la misma cosa, entró mi mujer en la sala con un vaso en la mano, ¿ya puedo mandar a servir la comida?

20 jul 2016

Gabriel García Márquez - El Ahogado Más Hermoso del Mundo

Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado.
         Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo.

19 jul 2016

Franz Kafka - Ante La Ley


Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita  que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
      —Tal vez —dice el centinela— pero no por ahora.
      La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:

18 jul 2016

Ambrose Bierce - El Amo de Moxon

–¿Lo dice en serio? ¿De veras cree que una máquina puede pensar?
La respuesta tardó en llegar. Moxon había concentrado su mirada en los fantásticos dibujos que proyectaban las llamas del hogar.
Ya hacía unos días que yo observaba en él una tendencia creciente a postergar la respuesta a la más anodina de las preguntas. Y no obstante, tenía un aspecto preocupado, más que de meditación; era como “si su cerebro sólo pudiera estar ocupado en una sola cosa”.
–¿Qué es una máquina? –inquirió un poco después -. Esta palabra tiene diversas acepciones. Por ejemplo, tomemos la definición de un diccionario: “Todo instrumento u organización por el que se aplica y hace efectiva la energía, o produce un efecto deseado.” De ser así, ¿acaso el hombre no es una máquina? Y admitirá usted que el hombre piensa… o eso se imagina.

15 jul 2016

Gabriel García Márquez - La Luz Es Como El Agua

En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.
 
      -De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.

      Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.

      -No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.

14 jul 2016

Ricardo Güiraldes

Sobre el brocal desdentado del viejo pozo, una cruz de palo roída por la carcoma miraba en el fondo su imagen simple. Toda una historia trágica.

Hacía mucho tiempo, cuando fue recién herida la tierra y pura el agua como sangre cristalina, un caminante sudoroso se sentó en el borde de la piedra para descansar su cuerpo y refrescar la frente con el aliento que subía del tranquilo redondel. Allí le sorprendieron el cansancio, la noche y el sueno; su espalda resbaló al apoyo y el hombre se hundió golpeando blandamente en las paredes hasta romper la quietud del disco puro.

13 jul 2016

Khalil Gibran - La Bailarina

Había una vez una bailarina que con sus músicos había arribado a la corte del príncipe de Birkaska. Y, admitida en la corte, bailó ante el príncipe al son del laúd y la flauta y la cítara. 

Bailó la danza de las llamas, y la danza de las espadas y las lanzas; bailó la danza de las estrellas y la danza del espacio. Y, por último, la danza de las flores al viento. 

12 jul 2016

Joseph Conrad - Los Idiotas

Corríamos a lo largo del camino que va de Treguier a Kervande. Pasamos a trote ligero entre las enredaderas que cubren las tapias que flanquean la carretera; luego, al pie de la pronunciada pendiente que se encuentra antes de Floumar, el caballo aminoró la carrera y el conductor saltó pesadamente del asiento. Hizo chasquear el látigo y trepó la pendiente, marchando torpemente, colina arriba, al lado del vehículo, con una mano en el estribo y los ojos en el suelo. A poco levantando la cabeza, señaló a lo alto del camino con el extremo de su látigo y exclamó:

–¡El idiota!

Sobre la superficie ondulante de la tierra el sol brillaba con violencia. Las prominencias del terreno se veían coro­nadas de árboles delgados, con las ramas levantadas hacia el cielo, como prendidas sobre zancos. Los breves campos, cortados por matorrales y muros zigzagueantes sobre las lomas, se extendían en manchas rectangulares de vividos verdes y amarillos, semejantes a los torpes brochazos de una ingenua pintura. Dividía en dos al paisaje el cordón–blanco de un camino, que se extendía en grandes vueltas a lo lejos, como un río de polvo surgiendo a rastras entre las colinas, en su camino al mar. –Aquí está –anunció el cochero nuevamente. En el largo césped que bordeaba el camino al paso del carruaje brilló un rostro al nivel de las ruedas. Era rojo el rostro imbécil; la cabeza en forma de bala, de cabellos cor­tados al rape, parecía hallarse sola, con el mentón metido en el polvo. El cuerpo se perdía entre las matas, que cre­cían espesas a lo largo de la profunda zanja.

8 jul 2016

John George Haigh - Confesiones Antes de Ser Ahorcado

Mañana seré ahorcado. Pasaré, por primera y última vez por esa puerta de mi celda (hay dos en ella) que nunca he visto abrirse. La otra sirve a los guardianes cuando vienen a visitarme. Pero sé que por la segunda puerta, esa siempre cerrada, es arrastrado el hombre destinado a la ejecución. En verdad, es el umbral del más allá.
Atravesaré ese umbral sin miedo ni remordimiento. Los hombres me han condenado porque me temían. Amenazaba su miserable sociedad, su orden constituido. Pero estoy muy por encima, participo de una vida superior, y todo eso que he hecho, lo que ellos llaman “delitos”, lo he realizado porque me guiaba una fuerza divina. He aquí por qué me es completamente indiferente que se me trate de malvado o loco: de igual modo me es indiferente que comadres tontas soliciten verme.

6 jul 2016

José Urriola - El Dueño del Canon

Le encomendaron la tarea más sencilla, al tiempo que la más ardua de todas las imaginables, a él le tocaría elegir las mejores obras de la historia para que quedaran bendecidas para la posteridad. A la basura todas las demás, indignas de pertenecer al canon.

5 jul 2016

Horacio Quiroga - A la deriva

El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.

4 jul 2016

Juana de Ibarborou - Puñados de Polvo

Por la persiana entornada entra al comedor en penumbra, un rayo de sol matinal. Y por la misma rendija sale a la calle, oblicua hacia arriba, una banda ancha y dorada de moléculas. Parece una legión de bailarines, pues, mirando atentamente, veo que cada uno de los puntitos rubios gira de una manera vertiginosa sobre sí mismo. Si yo supiera física, ¡cuantas observaciones podría hacer ahora! Pero no sé nada más que imaginar y soñar. Y miro con envidia a esa banda de átomos que se va a correr el mundo, llevándose quizás el secreto de todas mis intimidades. 

1 jul 2016

Khalil Gibran - Un Cuento

Yo estaba caminando por el jardín de un asilo de locos, cuando encontré a un joven leyendo un libro de filosofía. Por su forma y por la salud que mostraba no combinaba mucho con los otros internos. Me senté a su lado y le pregunté: ¿Qué estás haciendo aquí?

 El me miró sorprendido, pero viendo que yo no era uno de los médicos respondió: